Anoche soñé un sueño muy extraño.

Anoche soñé un sueño muy extraño; soñé que nuestros ojos se miraban y sin voz, se hablaban; soñé que se aproximaban hasta acariciarse sus párpados y juntar sus pestañas, durante mucho tiempo; luego se separaban y lloraban lágrimas que llenaron un charco sito a tus pies;
mientras nuestros ojos se acariciaban;
que el agua de la fuente era tuya y mía; los dos nos mirábamos en el espejo de aquel agua; aquello parecía magia, seguíamos mirándonos sin decir nada y nos acercamos tanto al charco que se movió el agua, y se hizo un circulo en su superficie en forma de globo, nos metimos dentro sin decir nada, y seguimos soñando. Cuando desperté, estaba mojada mi almohada, me toqué los ojos y estaban solos, los tuyos, ya se habían ido a tu almohada; así es la vida; un sueño que se acaba cuando se acaba la vida;
ya dijo un sabio, que la vida es un sueño y que vida y sueño, lo mismo son…


Jecego. 30 de mayo del 18.

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