El horizonte se acicala.
Ya terminó de ataviarse
la clara línea del horizonte;
ya se hizo primavera en su
ecuador
y su resplandor llega a
nosotros
en primorosos colores y
perfumes.
Hoy se manifiesta la
primavera
aunque sabe que estamos en
invierno;
la lluvia se ha escondido y
aleja su grifo
de nuestro suelo yermo,
que ve morir sus plantas,
apenas nacer.
Unos minutos de llovizna y de
sol
fue suficiente para
verse verdes unos días
y prometer que crecerían y
darían fruto;
pero sin agua nada crece y se
ve morir
antes de ser mayor y
procrear, su fin,
esperando que llueva se ven
morir.
El principio y el fin se
juntaron:
como la noche y el día,
como la primavera y el
verano,
como tu yo cuando nos
encontramos
que nos miramos, saludamos y
seguimos….
cada uno su camino en
solitario.
Jecego. Domingo 21 de enero
del 18.
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