El día estaba esperando.


El día estaba esperando.

Esta mañana cerré la ventana a la luz,
y dejé que la noche siguiera en mi sala;
todo desapareció en mi habitación, vacía,
solo quedamos la noche y yo, en silencio.

Me dijo la luz cuando salía:
llámame cuando quieras;
estaré ahí fuera esperando tu voz moribunda,
para darte de nuevo alas y vida como el sol:
sé que sin sol no hay vida,
y que la oscuridad es hogar de estrellas;

también sé que te gusta la vida bella,
que te encanta vivirla viendo un horizonte infinito,
sumergido en un silencio profundo,
y al fondo, tu y yo, unidos, muy quedos,
tomando el sol de la mañana;

cuando te llamé acudiste presta
entrabas a la par que abría;
acariciaste mi piel enseguida
y pronto nos encontramos acariciando el día.
que nos esperaba.

Jecego. Lunes 22 de enero del 18.


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