Cada mañana un amanecer.

Cada mañana un amanecer
con diferente mensaje de vida;
cada noche un oscuro silencio
de grises palabras frías,
bajo un cielo estrellado y lejano,
con una Venus como guía.

Camino sin ver nada,
por el camino de mi vida,
hacia la noche  que me roba
la luz de mis pupilas;
no hay camino más largo
que el que a ciegas se camina,
dando tumbos a los lados
e inseguridad a sus retinas;
no se ve mover las ramas
de los árboles que se avecinan,
ni apartarse las piedras
del camino que caminas;
todo es crepúsculo ignorado
como el viento que me guía,
acariciando mi cara cuando ando
en dirección desconocida;
porque no veo la dirección de las ramas
ni el color de la fruta henchida;
solo siento la compañía
de la negra noche, mi amiga.

Llevo en mi mente la fe inmensa
de ver  nacer un nuevo día;
entre cárdenas nubes bailando
sobre un horizonte lejano
con mis propias pupilas.


Jecego. 16/11/17.

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