Noche. 07/07/17. Jecego.
Aunque no puedo verte,
no quiero tenerte cerca de
mí,
tampoco ese sueño que conquistamos
juntos
en aquella lucha de labios
sin fin.
Me duelen los labios de
luchar con los tuyos,
mi corazón está cansado de
luchar sin poder;
sigamos nuestra batalla en
la fuente tranquila,
siento muy fuerte el
viento de la mar.
Me duelen los brazos de
tanto abrazarte,
de tanto quererte me sentí
feliz,
sentí en mi pecho irse el día, alejándote,
y al llegar la noche
sin aviso, me sentí morir.
Llegaste sin aviso
robándome todo,
todo lo perdí en un instante,
sentí dolor en todo mi
cuerpo
cuando robaste mi luz, sin
avisarme.
Con gran dolor te sentí llegar,
verte no pude porque me
cegaste;
todo se hizo negro en mi
vida sin verte,
y tuve miedo te perdieras
en la noche vulgar.
Ahora, cuando amanece, mis
ojos te miran,
y creen un fantasma de luz
y vida;
te hiciste un amanecer al
borde de mi sueño
y un sol brillante y
hermoso en tu imagen perdida.
Quien podía creer que en
una noche tan profunda
estuviera escondida tu
imagen, luz del día.
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