Viento. Adiós; buen viaje.
Vete lejos, donde no hagas daño,
oculta tu nombre; y tu cara huraña,
saca tu faz apacible, la de ese céfiro
que a veces eres; o la de alisios en la mañana.
Seré todo silencio, si transformas
tu desmelenada cabellera,
en nieve en la montaña y agua
para ver en mi tierra, la primavera.
Que las piedras se hagan flores;
escuchame medroso amigo,
escucha mi ruego tu solo;
haz mi ruego lluvia, y mi tierra gozo
trayendo la primavera en tus hombros
hazme creer que no eres malo en todo;
que también eres céfiro en el poniente,
y alisios en mis mañanas….
Jecego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario