A Rodrigo.

A Rodrigo.

Canto a la primavera incipiente
y a las nubes como fuentes elevadas,
al sol como infierno escondiendo sus llamas
para hacer a mi tierra, primavera cálida
en todas sus montañas, llanuras y cañadas;

Tú que mi sangre alteras, primavera,
que puedes cambiar de color, la faz de la tierra,
haz que mis raíces se hagan ramas
de las que broten flores bellas, y de ellas,
infantes como el que tengo en mis manos cansadas;

llámalo Rodrigo si puedes
sin que me muestre con el central de su mano,
el camino que le señalo y no quiere;

no tienes que hacer lo que no quieras
ni pensar lo que yo pienso, si no quieres,
pero, Rodrigo, ese dedo tieso no me pega….

Tú bisabuelo. Jecego. 20.03.17.



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