Mañana sí, cuando el sol salga.

Mañana si, cuando el sol salga.

Nada hay más hermoso que ver al sol
acariciando a sus hijos animales y plantas
y dar cobijo en su sombra, al hombre bajo sus alas
en cumplimiento paterno de amor
al amanecer, cada mañana de Dios.

Nada hay más bello que un amanecer en Canarias,
nada tan primoroso para la mirada
como ese baile de nubes mágicas con su sol
abrazando su silencio sobre las aguas
allá donde la imagen se acaba.

Tampoco hay nada más triste que la soledad
cuando la ilusión se oscurece o apaga;
porque al sol que sigue su camino, no le importa
que la nube cariñosa, deje de ser nube, para ser agua,
o deje la montaña de ser roca, para ser su sombra
que llamamos alborada.


Jecego. 11/02/17.

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