Todo memoria.
Fui solo a conocerte y
saludarte,
pero al verte;
pensé, que era demasiado para mis
ojos,
y para mi corazón, un reto
que no pude frenar sin
sentirte
y dejé que se desbocara mi toro contra ti,
pasara lo que pasara luego.
Fresca y lluviosa mañana de aquel
día,
cuando me acerque a ti para
darte un beso,
sentí dentro de mi un toro
que me decía
al ataque amigo, este es el
momento de eso.
Obedecí aquella orden, y te
cogí la mano
acerque tus labios a los
míos en silencio,
nos besamos, nos miramos y
mordimos
aquellos labios que se amaron
en silencio.
Tu alma calladita me
transmitió tu secreto
sin pensarlo se había
enamorado en un momento,
y yo, la mar de contento,
lamía mis labios
buscando tus residuos
mientras paseábamos..
buscamos un refugio, santo
secreto y divino,
no se cuantas promesas
hicimos cogidos de la mano,
nos perdimos en el paseo, y
nos encontramos
de nuevo en un recoveco lejano, besándonos.
Jecego. Sábado último de
octubre del 16.
No hay comentarios:
Publicar un comentario