No hace frío, llueve y huele a viento...

No hace frío, llueve y huele a viento.

Mi cielo está gris, está triste, con ganas de llorar,
quiere decirme algo pero le da pena,
quiere decirme: soy agua mansa y vengo a regar
todas tus semillas para que corra por tus venas
toda la gloria del cielo que has plantado,
pero se ha callado y empezado a llora.

No hace frío, llueve, lloverá a cántaros ahí fuera;
aquí, a la sombra de mi cielo gris la veré caer,
mi cielo tiene ganas de llorar y no le voy a dejar solo
me asomaré a mi ventana y llamaré por si quiere
acompañarme y ver por la calle, sus lagrimas correr.

Quiero ver como pasa el mal tiempo,
como sin inmutarse nos devora con sus dientes
de agua, viento, rayos y truenos, y tan campante
nos mira de reojo e inmutables, impasible,
dejando sus excrementos en el patio y en la calle.

No hace frío, pero a su paso, nos hace temblar,
quizá sea de miedo; que también se tiembla;
el agua tan mansa y apacible, también tiene su rabia
y cuando se ponen de acuerdo sus moléculas y enarbolan,
rompen el silencio, y sus olas, la mansedumbre del tiempo.

No hace frío; pero huele a tormenta.


Jecego.

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