Libres como palabras.

Oí gritos en la calle y me asomé,
eran voces de palabras que gritaban,
estaban hartas de estar encerradas
y me pedían que las sacara de su silencio.

No lo pensé dos veces, corrí a encontrarlas
nos miramos, sonreímos y abrazamos;
después de un breve momento comenzamos
a poetizar nuestro silencio palabra con palabra.

Vimos un cielo turbio
nubes que se acercaban,
silencios que corrían
y  besos que volaba;
todo se hizo música
de las piedras brotaban flores;
y todo  se hacían amores, porque:
“habían vuelto las palabras”…

Surgió de pronto la armonía entre ellas
se miraban, sonreían y abrazaban;
habían roto por fin; la tristeza que traían
por no ser útiles y libres como palabras. .

Ahora eran libres como el viento
frágiles como rosas,
sinceras como un beso,
y sobre todo eran poesía;
todo amor por dentro.

Jecego.

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