Sin ver nada.
Viernes día 25 de marzo del
16.
Anoche oí tu voz
deshaciéndose en mi almohada,
sentí una lágrima corriendo
por mi mejilla
y un suspiro que me ahogaba
en su partida;
un vacío enorme en mi pecho
cuando salían
las promesas que habíamos
contraído
y las palabras que se
quedaron esperando, dormidas.
Y fueron los sueños los que
gritaron,
los que se quedaron solos a
la salida,
y volvieron resignados a
ocupar su sitio
en aquel lugar vacío donde
estaban
antes que la almohada fuera
arrastrada por las lágrimas
sin destino.
Y me desperté en la noche
vacía,
vacía de todo, de palabras,
de sueños, de poesía;
todo se había perdido en un
momento
se lo había tragado la noche
en su silencio,
y quedaba yo, ahora despierto
mirando, mirando, callado,
sin ver nada, nada…
Jecego
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