Detener el sabor de un
instante
es lo más que importa de
la vida;
el embrujo del sabor
dormido de un beso
en una noche inventada con
los ojos
que se cierran para crear
el lugar propicio;
como el amanecer que rompe
la noche
para regalarnos un nuevo
día,
detrás de la cortina de
nubes de colores
que movidas por el viento,
en el horizonte,
bailan abrazadas, renovando,
aquel instante.
De esta forma podremos
guardar en la memoria
la pasión encendida de un
momento,
entre las notas musicales
y abrazo de un baile
en la desnudez atrevida de
un instante;
y beber nuevamente el
sabor dormido
de aquel beso que guardábamos
en un sueño,
que nos ha traído el
viento, aquel que movió las nubes,
en un momento único que
nos regaló la vida.
Jecego.
2 comentarios:
Hay instantes que nos gustaría detener el tiempo para poder seguir respirando ese instante que nos llena el alma.
Besos
Amiga Ilesin; seguro que si, hay momentos en los que a uno le gustaría aferrarse y hacerlos eternos, pero la vida es así, nos da de lo bueno poco para mantenernos dulces dentro de un mundo más bien áspero, casi amargo. Gracias por ser mi amiga y compartir tus pensamientos. Un abrazo. Jecego.
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