Voy a tener que creer
en algunos cuentos.
Anoche quise salir a caminar, pero la luna se había
escondido y la oscuridad más bien daba miedo. Yo vivía en un apartado rincón de
la tierra donde solo los astros, los satélites y sus ojos regalaban su luz. Pero
ella, la luna, había salido y el sol solo volvería mañana. Así y todo me quedé
en la puerta de mi choza-casa, pensando en salir. Cerré los ojos, aunque no
hacía falta, la noche ya era cerrada solo la oscuridad era la reina y señora
del lugar y sentí en mi cara un brisa que me invitaba a caminar y una voz que
me decía, cierra tus ojos y guíate por la luz de los míos que no te fallará en
nuestro camino. Y empecé a caminar entre aquellos rayos de luz que me brindó aquella
brisa, ¿el hada de mi sueño? aquella mágica voz; y caminé, o caminamos hasta un
lugar no se cuán distante, pero lejos de la choza. Algo gordo se había cruzado
en el camino; yo no encontraba los rayos de luz que me guiaban y cogí miedo;
estiré mis manos hacia delante y toqué algo muy grande, casi como un mundo,
también frío y polvoriento que cerraba todo el camino. Al no tener luz ni
aquella voz que me llevaba de la mano pensé en volver, pero ahora no había luz para
regresar….entonces pensé: en todo el trayecto no recuerdo haber rodeado nada,
si me doy media vuelta y camino en línea recta, seguro llegaré a casa. Me di la
vuelta y empecé mi regreso desilusionado por mi viaje fallido. Sin ningún
tropiezo me encontré de nuevo en casa; pero que era aquello que llevaba en mis
manos cubiertas de un polvo blanquecino?, yo no había cogido nada con mis
manos; salvo aquella bola tan enorme que nos cerró el camino y me hizo volver
solo a casa…..todo un enigma, entonces me fui al pueblo que aunque estaba lejos
podría haber algún viejo que me dijera que era aquel polvo que llevaba pegado,
alguien me indico a un viejo sabio y fui a verlo, y el sabio me llevó a la
universidad donde me dijeron que aquello era Selenio, y eso que es? , pregunté,
polvo de la luna, y que tengo yo que ver con la luna, seguí preguntando?, ellos
me miraron con asombro y quisieron retenerme para estudiarme, decían…..yo corrí
hasta perderme en el bosque y regresé a casa; me lavé las manos en un charco de
agua y ahora se ve en él, a la luna reflejada, yo no entiendo esto…..¿será que
la luna bajó y se puso en mi camino para que yo no cayera en un enorme barranco
que ella tapaba? sigo pensando que la luna es muy buena cuando hace de hada; y
ahora tengo en la puerta de mi casa, llueva o no, la luz de mi luna clara
creada a partir del polvo de mis manos obtenidos, en una noche muy oscura,
donde yo no pude ver nada.
Jecego.
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