Esas colinas que tú tienes
Para ser lo
que quiero ser
debo hacerme
amigo de tu río ,
ese que fluye
entre tus senos, dios mío
y corre sobre tu
piel por placer;
como un
potro desbocado
en un oasis perdido,
en un
desierto de fuego
entre tu cuerpo y el mío;
entre tu cuerpo y el mío;
sembrar dos
palmeras quiero
a uno y otro lado del río
y descansar bajo su sombra;
a uno y otro lado del río
y descansar bajo su sombra;
y dejar que
sus dátiles dorados
endulcen
nuestros labios fundidos
entre tus colina y el lago;
entre tus colina y el lago;
pero soy
enemigo del Otoño,
y quiero acelerar el tiempo
para llegar
a ser, lo que quiero ser
desviando el
río, desde tu pecho a mi lago;
y encausar
con mis propias manos
ese manantial
sobre tu cuerpo;
y hacer en tu piel mi huerto
y cuidarlo con mis manos;
y hacer en tu piel mi huerto
y cuidarlo con mis manos;
pero como el pájaro solo se posa en la rama
yo no puedo, o no alcanzo
con mis
manos, desviar todo el agua
que brota de tus colinas a la paz de mi lago.
Jecego.
2 comentarios:
Hola amigo que bello romántico apasionado poema, amigo discúlpame por no venir, lo que pasa que ando tan apurada, porque yo ademas de mi trabajo los quehaceres de casa cuido a mi padre, parece que algún día te conté de eso, por eso el tiempo mío es muy escaso, ahora aproveche de leerte varias entradas los cuentos que escribes son muy bonitos vendré a penas pueda.
Un abrazo grande espero estés bien pronto.
Amiga Gladys, no te preocupes; ven cuando puedas; nosotros solo somos libres en algún momento del día, el resto está lleno de obligaciones. Todos hemos tendido algún enfermo en casa; lo importante es aliviarlo de su mal sin pensar en nuestro esfuerzo que no es nada comparado con el del enfermo que lucha por seguir con nosotros. Da gracias a Dios por la fuera que te da cada día. Un abrazo. Jecego.
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