Madre luchadora que vistes
a tus hijos en la luz y en la sombra;
más dolor imposible
tu resistencia, nos asombra.
Para que nos sirve el tiempo
para que esa lucha tonta,
si el camino se acaba pronto
y tras la luz viene la sombra.
Tantos años vividos
tantos hijos criados,
tanta hambre compartida
y tantos sueños truncados.
El tiempo rompió sus amarras
y el dolor asomó a su puerta,
tantas veces entraba
y otras tantas le quiebra;
en alta voz te llamó bendita
mientras te dejaba su tristeza.
Un día que yo recuerdo
rompió el marco de su puerta,
y con su madera hizo al instante
una caja para Juana muerta;
y se acabo la historia de la lechera
que llevaba la leche de puerta a puerta.
Que importa la lucha por la vida
para qué luchar y tener hijos, ser madre y abuela,
si el tiempo lo borra todo y nos lleva;
Juana lo ha dejado escrito en sus calles
el tiempo nos trae señales de su gran pena
y ahí quedan sus hijos, cuando quedan.....
con su historia de más de un siglo
con sus cacharros a cuesta, sus medidas
y sin más cuaderno que su testa;
Juana, contigo te llevas gran parte
de la historia reciente güimarera
ya no hay leche fresa, ahora, de cartón, en la nevera.
Jecego
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