Amanecer en el Valle de Güimar.
Acaso el camino de la vida no es a su vez
el camino de la muerte?,
el tiempo;
ese duende inocente
que nos lleva de la mano
donde quiere,
nos va robando,
cada instante
el aliento de nuestra vida,
porque nuestro tiempo está bordado
con los encajes de nuestros días.
Mi pregunta es doble:
¿de donde venimos, y
a donde vamos?
si cuando andamos
por el camino de la vida,
siempre llegamos
al feudo de la muerte,
de la mano
de un duende....
aunque huyamos de los días..
Jecego.
6 comentarios:
Preguntas eternas que siempre hemos formulado en voz alta pero hoy nadie las hace, porque preferimos vivir ignorando lo que aquí planteas. Pero el reloj de arena de cada uno marca la hora, aunque lo tapemos.
Bss
Una belleza de poema. Juegas con la vida y con muerte y con el tiempo.
Me gustó mucho.
Saludos.
Amiga Katy, gracias por tu comentario.
Nuestro comino está marcado en nuestra seña de identidad, pero ocurre que ni andandolo, nos convencemos de la verdad.
Un abrazo, y sigamos nuestro camino.
Jecego.
Amiga Pluma Roja, gracias por tu comentario.
La vida, la muerte y el tiempo, son inseparables; ninguno existe sin el otro.
Un abrazo. Jecego.
Lindo poema...JECEGO...
BESOS
BEIJOS
Amiga Jacque, gracias por tu comentario.
Un abrazo. Jecego.
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