(viernes 26 de febrero 2010)
Quise bajar al infierno
porque en el cielo no estabas,
tu cuerpo ardía en el averno
de los réprobos de alma;
era tu cuerpo púrpura encendida,
tus besos, aumentaban la llama,
de mi cuerpo que se hacía cenizas
con el calor de tus brasas ;
y se iban acabando mis huesos
en el fuego de tu fragua,
pero yo aún quería salvarte
con el agua de mis lágrimas;
tú me tenías atrapado
con la fuerza de tus alas,
junto a tu cuerpo ardiendo
ya convertido en brasas,
que consumía al mio
al regazo de tus alas.
y ardimos los dos juntitos
a pesar de mis lágrimas.
Jecego.
8 comentarios:
Bello, muy bello poema como siempre.
Saludos cordiales poeta.
Hasta pronto Jecego, un abrazo.
Amiga Pluma Roja. Gracias por tu comentario. Mis bendiciones.
Un abrazo.
Jecego.
Muito belo seu poema. A imagem complementa com harmonia.
Um abraço
Amigo Wanderley, gracias por tu visita y comentario,
Es importante ser leido, muchas gracias.
Jecego.
[... e sabendo que podemos trazer sempre uma montanha dentro do nosso interior; é fácil!]
um imenso abraço, Isidro
Leonardo B.
Amigo Leonardo, gracias por tu visita y comentario.
Todos podemos hacer una montaña en nuestra mente y disfrutar de ella.
Un abrazo amigo, bienvenido a mi montaña,
Jecego.
La naturaleza es tu prioridad la amas como yo, la sientes latir igual, este poema me llego naturalmente al corazón.
Besos
Amiga medianohe; gracias por tu visita y comentario; es grato conocer los gustos de los amigos, y creo que la naturaleza es el mejor de los amigos, que nos habla constantemente, aunque poco la escuchamos. Es un placer tenerte entre mis amigos, ahora voy a visitar tu bñog..
Un abrazo.
Jecego.
Publicar un comentario