Hoy es un día lluvioso y frío.


Mis ritmos se han ocultado en lo gris del día


son lentos y turbios mis pensamientos,


y apenas encuentro argumentos


para escribirte vida mía;


pero buscaré en esta penuria de sueños


algún recuerdo que aún me alumbra,


de tu imagen de luz, en los peldaños


en la escalera oscura de mi vida.



No quiero dejar de escribirte nunca


para no perder la armonía de mis sueños,


esa imagen de ser tu dueño en mi memoria


en esa danza gaseosa y sutil de mi vida;


y confío en que tu recuerdo me de señales


que enciendan la luz del sol de este día,


para que se ilumine mi pensamiento


y traiga a mi regazo tu imagen


rompiendo la oscuridad que me abriga.



Que se rompa este ritmo que me tiene prisionero


y me oculta la imagen de tu cuerpo,


quiero ser libre con la luz de tus ojos


y feliz con el sabor de tus besos;


que se vayan las nubes que ocultan al Sol


y que ese viento que las lleva, te traigan


envuelta en una nube brillante como Venus


con todas las flores de la primavera;


que se posen en el último peldaño de mi escalera


con música que brote del el aire de tu armonía,


y se funda tu boca ardiente en la mía


hasta que termine la primavera;


vuelva la luz del sol de tus ojos a los míos


y mis ritmos regresen al azul de mis venas.




Jecego.

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