A una persona desolada.

Hoy tengo la falsa esperanza
de sembrar en ti una palabra,
que echara raíces como higueras
y frutos en abundancia;
pero me quedaré con las ganas
de sembrar en tierra vana,
sabiendo que mis deseos son suspiros
que se pierden antes que salgan.

Tu no eres receptiva al amor
apenas escuchas las palabras,
y haces que se diluyan las tuyas
en las palabras del que te habla;
solo te escuchas a ti misma
formando una cortina a tu alrededor,
que impide escuchar al que tienes al lado
que te quiere hablar de amor.

Miras desde la montaña al Valle
y solo ves un desierto a lo lejos,
porque nunca podrás ver
más allá de tus ojos.

Jecego

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