18 de Enero 2010.
Yo soy aquel que un día
posó sus labios en los tuyos
henchidos de miel; rebosando,
y ardiendo con el aire de tu aliento
dejaste los mios quemando;
y decias con gestos, casi en silencio
quema todo mi cuerpo libando.
Recuerda que eras mi jardin de amor
lleno de margaritas que tu deshojabas,
y yo olía los perfumes de tus manos
en algún pétalo que dejabas;
tú me mirabas, yo te miraba,
y en silencio entre tus brazos,
tomaba la miel de tus labios
con los míos; y soñaba y soñaba...
Ahora cuando han pasado los años
parece que la miel ya no aflora,
y en lugar de usar los recuerdos
nos conformamos con palabras;
olvidando que somos los mismos
de antaño, con la miel ya escasa,
con recuerdos perdidos en el tiempo
cuando soñaba, soñaba y soñaba.
Jecego.
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