Palabras para las personas mal avenidas.

Así es la historia nuestra de cada día
bajo la infinita nube gris que nos cubre,
una voz de eternidad que llena nuestro mundo
y un silencio casi absoluto que nos guía;
perdemos el tiempo divagando
oyendo las mismas voces que se repiten,
creyendo poseer la verdad absoluta
cuando olvidamos los momentos tristes.

Pensemos en los momentos buenos
cuando las palabras toman un tono suave,
y encontraremos grandes y felices momentos
bajo esa nube gris que nos cubre;
y hagamos otra historia, nuestra historia,
la historia de ese momento sublime,
que es una historia diferente, que nos dejó el viento
que cambió la palabra enérgica, por suave.

La verdad, no es la palabra que dijiste
la verdad, es el sentimiento que dejaste,
como el viento cuando pasa, el ruido que hace
y deja el mal que hizo, en el suelo, quejándose;
queriendo podemos hacer buenas historias
solo modificando la intensidad de las palabras,
nos queda tiempo, y el viento nos ayudará
cuando desplace la nube gris que nos guarda.

Las palabras duras se cambian a suaves
las altisonantes, a tiernas melodías,
los reproches, por amables momentos
con retorno al silencio de las palabras;
porque la vida se hace de momentos
y los momentos hacen la historia de la vida.

Jecego.

No intentes anular una voz, con otra más alta. Lo mejor es el silencio, que siempre gana.

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