Montañas de los Guirres. Güímar

Gemelas o hermanas, siempre juntas,
las llaman tetas de las güimareras,
no se si por similitud y proximidad
o simplemente por hermosas y bien puestas;
sobre el cuerpo de una mujer aborigen
que solo la imaginación alberga.

Traen a mi memoria mi niñez
cuando las visitaba por hierba,
una tierra poco fértil, pedregosa y calcárea
donde se criaban malvas, magarzas y maravillas;
ahora que han pasado los años
cuando mi piel está arrugada fea y vieja
veo a las montañas: áridas, infertiles y secas,
donde han desaparecido las plantas
y ha decaído el embrujo y encanto
de aquellas güimareras y sublimes tetas.

Y es que el tiempo pasa por todo
el tiempo nada respeta,
no importa de que se trate
de persona, animal o tierra.

Jecego.

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