Tiré una
rosa a la mar
por ver si
las olas la elevaban,
pero la
primera que la abrazó
no la
soltó para nada;
la miraba
con cariño,
la besaba,
la mimaba, la olía
con toda
las fuerzas de su alma,
hasta
llegar al delirio de aquella ola
más allá
de lontananza;
solo pude
ver ternura en sus pétalos
cuando la
acariciaba el agua;
me dejó
triste la rosa
soñando
con ese amor que no se alcanza,
pero creo
que ella fue feliz
en los
abrazos sublimes del agua.
Jecego.
06/08/18..
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