Cuando yo tu culpa sea.

Cuando yo tu culpa sea,
y tú mis disculpas;
ninguno tendremos la culpa
de nuestros pensamientos viejos,
todos somos, no “semos”
buscadores de secretos sin serlos
para anteponerlos a la disputa
que entre los dos tenemos,
si fue antes que aquello o después,
o fue durante el tiempo que lo hacemos,
está la duda que disputamos
sin saber quien de los dos es el deudo;
volamos y volaremos en suma lejos,
siempre con las alas de tu pelo,
unas veces soñando,
y otras muy despierto
buscando quien tiene razón
como animados verbos;
tú hacia el norte entre tus bosques
verdes
yo hacia el sur, a mi desierto
seco;
la tierra es redonda y nos encontraremos
allá donde se acaba el tiempo.


Jecego. 19 de septiembre del 17.

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