Me gusta oír bramar al
viento,
a la ola llorar rota
contra la roca,a la espuma plácida sobre el agua
acariciar la arena de la playa;
también me gusta el silencio
cuando todo está en calmay oigo tu corazón latir
muy cerca de mi almohada;
me gusta hablar con el
silencio
porque me escucha y calla;ver tus ojos cerrados en espera
de mi beso enamorado;
me gusta ver, tu collar de perlas
en tus labios asomando;me encanta sentir tus manos
sobre mi piel esperando,
que lleguen las mías
para seguir hablando;me encanta el silencio que sigue
al encuentro de las manos;
sentir ese respirar
entrecortado
lenguaje eterno del enamorado;me gusta ver, oír y sentir,
el leguaje de tus manos,
porque nada hay más sublime
que el lenguaje de un cuerpo cansado.
Después de la tormenta viene
la calma,
y el silencio es su
hermano.
Jecego.
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