No apartes de mi, tu mirada.
Cuando empieza anochecer en mi
día,
se aleja de mí, mi fe y esperanzas,
mis creencias y templanzas
con mis sueños y fantasías;
que con entereza he protegido
como patrimonio de mi verdad,
y se va perdiendo mi luz en la
noche
cuando la luz de tus ojos se ha ido
Esta nueva situación me hace
ciego,
sin tu luz me persigue la
noche,
y me pierdo en esa espesura
gris,
que me dejaron tus ojos al
irte.
Rigor que mi alma sufre y callo,
sinsabores que niego a mi
lengua,
pasión que oculto al mundo
pero no puedo negar a mis ojos,
mi magüa...
mi magüa...
Jecego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario