Cuando se va la tarde
todo me abandona,
me llama la noche callada
y la música se esconde;
solo el silencio me aguarda
la noche no me gusta nada,
es mayor mi pena, y llega mi
angustia
en alas de la sombra callada;
me adentro en la noche oscura
recorro laberintos de
pensamientos;
hago un poema del silencio y tantas locuras
que las palabras salen
alborotadas de miedo;
y preso en las raíces de mis
sueños
resisto tormentas de rayos y
palabras,
escribo en mi mente sin
letras
sin luz, sin signos, sin
voces ni nada;
y aprendí, lo hermoso que es
la vida con luz,
y que oscura se pone, cuando la
luz se apaga.
Jecego.
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