Creo que estoy enloqueciendo.
Vengo de una cueva muy grande
que encontré en mi camino, allende
donde se diluyen las montañas
y una llanura inmensa se extiende;
un oasis y dos piernas de tierra
siguen su camino hasta perderse
más allá de mi mirada, donde se diluyen
entre las sábanas de mi locura;
no sé si es locura o milagro,
si enajenación o sueño,
si privacidad de mis sentidos, o ansias
de verte de nuevo, soñando, o despierto;
me creo y siento enloquecido
por extrañas señales que me invaden,
por sentimientos que me vuelven
después de haberse ido;
no se si es un milagro o es un sueño
que llevo grabado en mi sangre,
una memoria repetida volando sin dueño
o una ventura templada que quiere quedarse.
O simplemente, no estoy tan cuerdo como sueño.
O simplemente, no estoy tan cuerdo como sueño.
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