Un encuentro y un
encierro.
Amiga, cuando en nuestros paseos el azar nos encuentra,
el viento y las tinieblas, juntan nuestros cuerpos,
se hacen un ovillo, se envuelven, se abrazan, se besan,
y deciden llamarse amantes, novios, amigos o pareja;
y aquellos ojos con miradas agudas que buscaban sueños
encontraron la paz entre las vueltas de sus ligas;
sus pechos se agujerearon con sus fuerzas y sangraban,
y taparon las heridas con sus labios que hacían de compresa;
sus piernas temblaban y sus hebras de movían, movidas
por la contractura de sus músculos y sus venas;
se desmayaron y cayeron sobre la tierra mullida
y curaron sus heridas con saliva y con besos;
y como rosas fueron derramando sus perfumes
en el aire que les envolvía, hasta que se hizo silencio;
ninguno dijo palabra, solo sus manos se buscaban;
se encontraron dentro del ovillo, sus almas abrazadas,
mordiendo el polvo de su encierro, arrolladas en el ovillo
que fue su casa mientras curaban sus heridas con sus besos.
que fue su casa mientras curaban sus heridas con sus besos.
Jecego.
2 comentarios:
El azar a veces hace sus jugarretas y propicia encuentros. Almas heridas a veces encuentran consuelo en en otras que comprenden su dolor.
Un abrazo
Amiga Katy, eso es verdad; yo estoy en Facebook y salgo para aquí, a buscar tus palabras sabiendo que son las mejores, las que me gustan más, las que de alguna manera cubren mis necesidades. Ahora cubierto mi hambre con tus palabras, te abrazo y digo: hasta luego. Isidro Jesús.
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