Tu eres la flor
que amo. (57 años de
matrimonio).
Cogidos de la
mano, sin prisa, pero sin pausa
hemos recorridos
estos años sorteando baches,
olas, tormentas; y hasta ráfagas de viento malas;
pero hemos
llegado hasta aquí, bien acompañados
por este ramo de
flores que nos acompañan.
A ti esposa, que eres la flor madre que guarda mi
memoria
eres la imagen de
un instante que creamos los dos,
eres ese tiempo
que creamos y consumimos
en una unidad de
tiempo, solo nuestra
elevada al
infinito de lo sublime, entre tu y yo;
en una noche de
fiesta, entre silencios, palabras,
sueños y
esperanzas, en un estancia solo nuestra.
De todo, solo nos
ha quedado una memoria extraña
entre las cenizas
de un tiempo pasado que se olvida;
y como la
mariposa no recuerda que antes fue oruga,
los dos olvidamos
que antes que cenizas, fuimos llama,
y que antes que
viento éramos palabra que se oía
modulada por un
pecho que siente,
y escrita con la
sangre de un corazón que ama;
ahora tenemos
ante nosotros, ese cuadro; nuestro espejo;
nuestros hijos
(todos) hasta aquel que llama a nuestra memoria
para darnos un
beso….
Jesús y
Carmen. (Los viejos, para ustedes).
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