A mi esposa, el 23 F 2, 013.




Tu eres la flor que amo. (57 años de matrimonio).

Cogidos de la mano, sin prisa, pero sin pausa
hemos recorridos estos años sorteando baches,
olas, tormentas;  y hasta ráfagas de viento malas;
pero hemos llegado hasta aquí, bien acompañados
por este ramo de flores que nos acompañan.

A ti esposa, que eres la flor madre que guarda mi memoria
eres la imagen de un instante que creamos los dos,
eres ese tiempo que creamos y consumimos
en una unidad de tiempo,  solo nuestra
elevada al infinito de lo sublime, entre tu y yo;
en una noche de fiesta, entre silencios, palabras,
sueños y esperanzas, en un estancia solo nuestra.

De todo, solo nos ha quedado una memoria extraña
entre las cenizas de un tiempo pasado que se olvida;
y como la mariposa no recuerda que antes fue oruga,
los dos olvidamos que antes que cenizas, fuimos llama,
y que antes que viento éramos palabra que se oía
modulada por un pecho que siente,
y escrita con la sangre de un corazón que ama;

ahora tenemos ante nosotros, ese cuadro; nuestro espejo;

nuestros hijos (todos) hasta aquel que llama a nuestra memoria
para darnos un beso….

Jesús y Carmen.  (Los viejos, para ustedes).


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