Galicia.

Galicia.  (Copiado de Vela y Ancla). 
Archivo: Rosalia.jpg
Por oscuras razones que tal vez no acertaría a explicar nunca, las riberas del Tajo. junto a la raya portuguesa, me traen el melancólico eco de las tierras gallegas. Acaso porque Extremadura y Galicia sean tierras de emigrantes y conquistadores, de hombres fuera de sí y de sus hogares. Gentes que han rodeado el ancho mundo llevando clavado en el cristal vivo del recuerdo la imagen tierna de la tierra solariega. Puede que sean las palabras portuguesas que escuchamos ya en Valencia de Alcántara. Pero el recuerdo se ha hecho canción, canción de despedida a las aguas imperiales:






Adiós ríos, adiós fontes,
adiós regatos pequenos
adiós vista dos meus ollos,
non sei cándo noos veremos.
Miña terra, miña terra
terra donde m`eu criey
hortiña que quero tanto,
figueriñas que prantey.
Prados, ríos, arboredas,
pinares que move ó vento,
paxariños piadores,
casiña de meu contento.
Muhiño d´os castañares,
noitres craras de luar,
campiñas timbradoras
dá igresiña dó lugar.
.............................
¡Adiós tamén queridiña...
Adiós por sempre quizáis!...
Digoch´ este adiós chorando
desd´ á veriña do mar.
Non m´olvides, queridiña,
si morro de soidás...
Tantas légoas mar adentro...
¡Miña casiña!, ¡ meu lar !

Rosalia de Castro. (Cantares gallegos, XV, fragmento).
Publicado por Jecego.

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