Por goloso.

Ciruelo en Flor.

Tiemblan mis manos golosas
necesitadas de acariciar tu piel.
Silenciosas manos ardientes     
ansiosas por tocarte, mujer.    

Mis ojos se pierden en tu figura 
mis dedos se deslizan y ocultan,    
en tus rincones escondidos
más allá de tu cintura, 

Mis manos navegan
en los límites de tus orillas, 
donde tu cuerpo es más cálido       
y fecundan tus semillas.

Jardín hecho para el hombre
compañero de sus días,
donde el hombre se hace hombre
sin apenas rosar la vida,

Oasis hecho en la Tierra
con límites que se pierden,
en el silencio de tu cuerpo
donde tu frontera termina.

Ahí donde no existe nada
donde se guarda la vida,
he encontrado mis manos
que ya creía perdidas.

Se habían extraviadas por golosas
entre mis sábanas perdidas,
creyendo que eran caminos nuevos
que me había ofrecido la vida;

con ellas mis dedos  intrusos
con olores de otra vida. 

Jecego.


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