Yo soy Isidro Jesús.


Isidro agricultor, mirando las parras llenas de oidio en la Dehesa.















Muy triste, agarrada al suelo, en silencio
sufría la parra su ataque de oídio,
un hongo parásito la había infestado
ya nada calmaba su desconsuelo:


ella se había hecho la ilusión de regalarme sus uvas
verdes como esmeralda, brillantes como el cielo,
y ahora estaban manchadas de ese polvo cenizo
feas como Picios, lejos de ser amada por Jecego.


Así se lamentaba la parra, sin consuelo, a su madre
la tierra que le vio nacer, y ahora le ve llorar,
porque sus frutos habían enfermado, estaban
grises y feas, no querían asomar su cara, antes morir;


me acerqué, acaricie sus hojas, les rogué serenidad y fortaleza
y le dije: así es la naturaleza, NOS QUIERE,
pero nos regala esas cosas.


Jecego.

7 comentarios:

Jacque dijo...

Estás muito bem na foto... e as parras não devem estar triste...


Beijos
BESOS

Pluma Roja dijo...

Preciosa imagen, el campo reconforta por eso te conservas tan bien y lúcido.

Abrazos.

Hasta pronto amigo Jecego.

Katy dijo...

Casualmente me conecté porque tenía que mandar varios e-mails y me ha encantado ver tu foto junto a las parras.
Un abrazo cariñoso y hasta pronto.

Unknown dijo...

Amiga Jacque, gracias por tu comentario.
Las parras están tristes porque no pueden ofrecer el manjar de sus frutos po enfemedad.
Un abrzo. jecego.

Unknown dijo...

Amiga Pluma Roja, gracias por por tu comentario y piropo; el campo hace bien a la salud.
Bajo esa premisa, tu vives en el campo, porque se te ve muy bien.
Jecego.

Unknown dijo...

Amiga Katy, gracias por tu comentario.
Tus visitas son en mi blog un tibio amanecer, que me trae la luz.
Gracias por ser como eres.
Un abrazo.
Jecego.

Unknown dijo...

Amiga Katy, estuve en tu blog y aunque hice un comentario, no salió porque Google estab cerrado.
Un abrazo.