Cuando duermes.

Cuando estás ausente y me miras sin mirarme
coges mis manos y besas mi boca, sin besarme.
Siento un frío que recorre mi cuerpo y me hiela
cuando veo que tus ojos se cierran, sin cerrarse.


No se en quien piensas cuando me abrazas
sabiendo que yo soy todo para ti, y tu mi hada. 
Consumes tus deseos en mi boca helada
mientras yo sufro el dolor de la desesperanza.


Pero me gustan tus desafueros y calmo tu llama
y aunque me siento distante en tu fragua, enciendo
el fuego que me quema y te quema las ganas
de ser lo que tu quieres que sea, mecha y braza.


Déjame que te hable de amor en tus pausas
que por un momento sea yo, aquel a quien amas;
escúchame, luego dime de quien te acuerdas
cuando en silencio me devoras y me abrazas.


Me gusta tu mirada ausente buscando mi alma
cuando coges mis manos y me besas;
siempre en silencio, con una sonrisa, sin palabras
boca con boca en la llama azul de tu fragua.


Déjame decirte que soy yo en quien piensas
que soy yo la mecha y el carbón de tu fragua,
y aunque sea mentira, se que abrirás los ojos
y entonces yo seré el dueño de tu mirada.


Jecego.