Un jilguero se posó en una rama
muy cerca de una hermosa flor,
y mientras la miraba decía:
--¡que precioso color de dama!—
y aspirando su aroma pensó:
--¡creo que mi alma víó a Dios!—
Pero del silencio salió una voz
que dijo: amigo, no hay paridad,
la flor, es esa luz que enamora,
tú, eres el pájaro enamoradizo,
y Yo, soy Dios, el Creador de Todo.
Así quedó claro, que cada uno ocupa un peldaño de una gran escalera que no puede ser modificada.
Cuando estamos en silencio quizás estemos hablando con Dios.
Jecego.
Jecego.
3 comentarios:
Quizás no, seguro. En el silencio y en la soledad no encontramos con el Todo.
Estaba escribiendo unos e-mails y me he asomado a tu casa como te prometí. Espero que estés más animado.
Un bellísima foto del cieruelo en flor.
Un beso
Linda Postagem........ Adorei muitooooo a tua foto !
JECEGO
BESOS
BIJOS
Sí,cada mochuelo en su olivo como diría mi madre...pero es tan bonito soñar!
Más besos.
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