¿Donde está el castaño?
A la sombra de un castaño
una pareja platicaba en Junio,
apenas se conocían, pero el plenilunio
había influido mucho.
Él le decía:
Mujer, no es el sol lo que nos trae la luz
son tus ojos que al mirar han roto la noche;
el calor de tu volcán incendia mi sangre
que como un río me recorre,
no dejes que se apague tu fuego
haz que tu llama me ahogue;
quiero ser tu lava rompiendo las tinieblas
que han embrujado esta noche;
mañana cuando aparezca el alba
el sol nos despertará entre las hojas secas
de este castaño tuyo,
y guardará el secreto bajo su sombra
con el canto de los pájaros, su arrullo;
y los dos veremos al castaño llorar
de envidia y desesperación,
porque no pudo ser él contigo
quien participara en aquel juego de amor.
Y te diré, aún somnoliento:
Hay despertares tristes
y yo he tenido uno;
no existía el castaño,
tú no estabas a mi lado,
y yo estaba dormido. ...
Jecego.
6 comentarios:
Precioso, sublime y triste este gran poema.
Un fuerte abrazo amigo Jecego.
Felicitaciones.
Hasta pronto.
Amiga Pluma Roja; gracias por tu comentario. En la vida todo es bueno y es malo, según nuestro momento. Gracias por tu visita y por ese hermoso comentario.
Un abrazo. Jecego.
Que bello Isidro...!!!
Un beso
Amiga Estrella, gracias por tu comentario.
La vida esta llena de luces y sombras y también de amigos. Gracias por tu presencia.
Un abrazo. Jecego.
Muito lindo ...
Beijo
Amiga Jacque, Gracias por tu comentario. Los amigos son los que le dan vida a los poemas.
Un abrazo. Jecego.
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