Cuando se detuvo la guagua donde iba.
El anciano nació y vivió cerca de la plaza de la Iglesia.
Vio pasar el anciano su vida
a través del cristal
desde su juventud en la plaza
de la Iglesia,
con María su prometida, luego
su esposa
y sus hijos, hasta siete, que
jugaban en la vía;
encontró la razón de vivir en aquellos cuerpos,
que dejaba atrás en su viaje
de partida.
Recordaba aquellos paseos por
la plaza
apenas rozando las manos con
María,
aquellas miradas que decían
cosas
y aquellos corazones que en
silencio latían;
sin voces que dijeran te
quiero, o te amo,
dejando que sus corazones
hablaran solos,
envueltos en la sublime
aurora del amor
en un rincón de su paraíso
solitario.
La guagua seguía su camino
hacia el infinito
con el viejo inmóvil envuelto
en sus recuerdos,
recordaba el nacimiento de
sus hijos, uno a uno,
y decía: bien venido a
nuestra casa, hijo;
y se santiguaba dando gracias
al cielo
por la bendición que le había
enviado,
miraba a María sonriente en
el lecho
y le decía: María: gracias; te quiero.
Continuaba su marcha el pobre
viejo
envuelto en sus frágiles pensamientos,
cada vez más confusas las
ideas
mucho más lejanas en el
tiempo;
porque el cuerpo se le
enfriaba
y moría la memoria en su
cerebro,
con los colores y perfumes del
jardín
de María y sus siete hijos, en
su pecho.
Cuando termina su viaje,
conoce su destino
dos palabras le dicen todo, ¡¡¡Dios mío!!!,
cuando ve en el andén de la
guagua
“su paraíso”, a María, y sus
siete hijos.
Desconocido.
5 comentarios:
Jo que triste. No todo es tan triste. Ya se sabe que la vejez no es la juventud, pero es una etapa y la alternar¡tiva es peor. No me gustan los recuerdos, porque siempre se acaba idealizando el pasado y no es cierto aquello que recardamos tan perfecto.
Un beso
Triste mesmo.........
Beijooooo
Amiga Katy, eso es la vida; una sucesión de momentos, buenos y malos; de vivencias y sueños; de luz y sombras; de silencios y palabras, hasta el final de los días, cuando llega la noche...
Un abrazo, gracias por tu comentario que lo comparto en toda su extensión.
Jecego.
Amiga Jacque, La vida tiene de todo, pero nos quedamos con los momentos felices, que es la flor de la vida.
Gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo.
Jecego.
Una vida intensa la del anciano que amo a María y que además sacó adelante a sus 7 hijos, me ha gustado pues la historia de una vida enamorada y útil..
donde un corazón se va apagando lleno de tanta vida como dio.
Un besazo
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