Una madre hablaba con el viento






Una madre contaba su dolor al viento
porque solo él le escuchaba:
contaba sus penas y amarguras
con lágrimas en su cara,
que sufría mucho con su entorno
y que le partía el alma:
el ver como el viento
se llevaba sus palabras
sin dejar eco en su medio
con sus lágrimas bañada.


Miraba a través del cristal de su ventana,
y hasta éste se resistía, y empañaba su cara;
sus palabras no tenían eco, chocaban en la nada,
y morían como mueren, las personas resignadas;
porque la vida era tan cruel con ella
que solo el silencio le escuchaba.


No hay mayor pena para una madre
que la pena de ser incomprendida,
por los hijos de su carne
a los que les dio la vida;
porque se convierte en árbol sin flores,
sin fruto, sin sombra....abatida,
porque quiso ser y no pudo
ser un ejemplo en su vida.


Jecego.



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