Séneca.

Séneca.

Nació en Córdoba el año 4,
y murió en Roma el año 65.

   Se llamaba este insigne español  Lucio Anneo Séneca, y era hijo de Marco Anneo el  Retorico. Fué su maestro su propio padre, quien, habiendo descubierto  en su hijo cualidades exepcionales de inteligencia lo llevó a Roma, donde estaban los más ilustres maestros de la época. Alli aprendió elocuencia y poesía, luchando por una parte con su pobreza y de otra con su salud que siempre fué escasa. De todos modos era el primero en entrar a la clase y el último en abandonarla, y aún solía acompañar a su profesor por el gusto de seguir oyéndole.
   Pronto fué un exelso orador; y lo fué tanto que exitó la envidia de Calígula, quien lo hubiera matado si antes no lo hubiera despreciado por su estado enfermizo. Séneca agobiado por sus dolores, dejó momentáneamente los libros y viajó a Egipto y la India, sin más objeto que mejorar su salud.
   Cuando volvió estaba fuerte y sano. Empezó a escribir; y de tal manera llamaron sus escritos la atención general, que Nerón le buscó para que fuera su maestro. Y he aquí como el cordobés fué el mentor del emperador de Roma. Sus escritos que se compraban a alto precio; sus intervenciones en el foro y la largueza con que le pagaba Nerón, hicieron de Séneca un hombre riquísimo; y como Nerón era un ser envidioso de todo, de la ciencia de los demás, y aún de la riqueza de los demás, le tomó tal aversión a su maestro, que solo esperó una ocasión para perderle.
   La ocasión se presentó pronto. Hubo un complot o conspiración contra Nerón; le dijeron que en él estaba complicado Séneca, y esto le bastó para que le mandara un recado. El recado consistía en que se quitara la vida como quisiera. Séneca, comprendiendo que no había otro remedio, hizo testamento, se despidió de su mujer y de sus amigos, y, metiéndose en un baño se abrió la venas,
   Séneca fué uno de los hombres más ilustres de Roma. Escribió libros de Filosofía y epístolas morales.
   No llegó a conocer el cristianismo, aunque bien pudiera decirse que lo adivinó. En sus escritos habla de la Providencia, de la esperanza que todos debemos tener en una vida futura y la necesidad de la oración. Algunos dicen que llegó a escribirse cartas con San Pablo, pero el hecho no está suficientemente probado.
    En sus libros de Filosofía es partidario de una moral severa.  Dice que tanto en la fortuna como en la adversidad, hay que portarse siempre como un hombre. Si hubiera vivido cincuenta años más, hubiera dicho "como un cristiano".

Publicado por Jecego.