Cuento de Jaimito.

Jaimito había sido recluido en un convento de monjas para su rehabilitación.
Las monjas a la hora de la comida, le  -sentaron en un extremo de la mesa para que almorzara con ellas.
Despues de la bendición de los alimentos, Jaimito preguntó, ¿a que no saben lo que tengo entre las piernas?, -las monjas alborotadas le dijeron: malcriado, grosero, te vamos a enseñar a ser educado-.
Jaimito les dijo: solo tengo la pata de la mesa; entonces la madre superior le dijo: oh Jaimito, eres un santo, que Dios te bendiga, y se acabó aquel comentario.
Al finalizar la comida, Jaimito volvió a hacer la misma pregunta; ¿a que no saben lo que tengo entre las piernas? las monjas al unísono dijeron: vaaaa, la pata de la mesa. Pero Jaimito que se había rodado. contestó: no, ahora tengo lo que ustedes pensaron antes.....


Este cuento es má viejo que yo.

2 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Buen chiste. jaja

Unknown dijo...

Jaimito tiene buenos chiste, se muchos, pero no se si este medio sería el apropiado para contarlos.
Gracias amiga por tus comentarios.
Un abrazo.
Jecego.