Güimar sin los cipreses.

Güimar sin los cipreses.

Güimar perdió su encanto mas elevado
cuando el Delta con sus fuertes vientos,
acostó a los cipreses hercúleos
que adornaban el cementerio.

Luego el Ayuntamiento,
más fuerte que el huracán,
cortó los que quedaron erguidos,
con una máquina asesina.

Ocho cipreses tumbó el viento
dieciséis, la máquina asesina,
el cementerio quedó sin ninguno
de sus centenarias insignias.

No me parece una idea cristiana
cortar a los que pedían al cielo,
perdón para las almas
de los dormidos deudos:
que descansaban en sus raíces
confiando en el sueño eterno.

No habían cimas más altas
ni más cerca del cielo,
que las erectas ramas
de los cipreses viejos.

Aquellos incansables cipreses
que imploraban al cielo
con sus brazos inertes
perdón para sus deudos;
fueron abatidos por mandato
de una extraña gente
que seguramente pensaron
que no les llegaría la muerte.

Pero puedo asegurar,
a ese grupo de gente,
que ejecutó el mandato;
que su muerte le llegará
como le llegó a los cipreses;
y no tendrán quién pida por ellos
perdón para sus mentes;
y que han sembrado la semilla,
de la muerte, que germinará mañana,
para recordar por vida
su criminal hazaña.
Jecego.



que descansaban en sus raíces
confiando en el sueño eterno.

No habían cimas más altas
ni más cerca del cielo,
que las erectas ramas
de los cipreses viejos.

Aquellos incansables cipreses
que imploraban al cielo
con sus brazos inertes
perdón para sus deudos;
fueron abatidos por mandato
de una extraña gente
que seguramente pensaron
que no les llegaría la muerte.

Pero puedo asegurar,
a ese grupo de gente,
que ejecutó el mandato;
que su muerte les llegará,
como le llegó a los cipreses;
y no tendrán quién pida por ellos
perdón para sus mentes;
y que han sembrado la semilla
de la muerte, que germinará mañana,
para recordar por vida
su criminal hazaña.
Jecego.

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