El viento limpia.

El viento limpia. 15/11/2006.

Hoy empezó el viento que trae mi otoño.
El viento de la montaña que se llevará mis hojas,
mis flores, mis frutos, mis recuerdos,
el que se llevará mis sueños y mis memorias;
hoy empieza el principio de mi fin
hoy empezaré a perder mis hojas.

Quedarán mis ramas oscuras o grises
porque perderé los matices, verdes de mis ramas,
y solo quedará el esqueleto erguido
que mantenía aquella belleza rara;
que en primavera era ejemplo
de un jardín que encantara.

Ya agostada mi vida
con más fe que esperanza,
cubierta mi cúpula, con hebras grises,
que muchos llaman canas;
yo digo que es: por haber tomado
tanta leche de cabra,
por lo que mi pelo se ha tornado
como nieve en la montaña.

Y no renunciaré al camino
aunque vaya solo en mi marcha,
aunque haya perdido mi ropa
si así lo quiso el destino;
si ha sido así mi epopeya,
así tendré que contarla,
aunque no haya sido de continuo
y haya sido solo a rachas.

El viento se llevará todo lo seco
de mis viejas ramas:
mis hojas verdes,
mis flores blancas,
y algún fruto que quedara,
colgando de una rama.

Pero, cuando el viento se vaya lejos
llevándose las hojas de mis amores,
vendrá la primavera que me traerá de nuevo,
todos los primores de mi alma:
nuevas ramas, hojas y flores,
y sus perfumes que me encantan,
aunque mi pelo siga siendo blanco
como la leche de cabra.

Jecego.

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