Siete, siete, son las maravillas de mi mundo
siete, siete, unidas entre sí,
abrazadas a un solo cuerpo, porque así
es diferente a todos, es el tuyo.
No hay otro igual, no caben imitaciones
y son esas las razones que me atan,
a ti, y aunque hay razones que me delatan
el amor encierra todas mis razones.
Se que hay otros mundos y otros soles,
que hay estrellas en el cielo azul;
pero como tú no hay lucero
que pueda iluminar mi alma,
como la llenas tú
de una luz plácida.
Son setenta y siete años de luz
de una luz que no se apaga,
que llevo siempre conmigo
haga el tiempo que haga;
hasta que se apague mi sol
y solo me quede tu luz plácida.
Jecego.
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