A mi nieta Laura.

Mi vida es una historia de viejos
de esos que escriben sus historias en la roca,
porque no quieren que se las borre el tiempo
o las sepulten en una profunda fosa:
porque sus historias son sus vidas
y sus vidas, frágiles rosas.

Rosa como la que acaba de llegar
de los Madriles en buena hora,
allá estudia, aquí suscribe
mis palabras con sus obras;
hablando maravillas de su abuelo
colgando en las paredes sus notas.

No hace falta ser docto en la materia
si tienes corazón y sentimientos,
para hacer la poesía que hago
solo hay que tener buenos nietos;
vivir en armonía con el tiempo
y tener los nietos que tengo,
escribir lo que te dicta el corazón
y poner palabras al pensamiento.

Jecego.

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