Buscando en mi mente recuerdos
de mi feliz infancia, encontré un nido,
muy parecido a la idea de paraíso
en un camino de rosas, mi camino;
un nido por lo pequeño y hermoso
lugar donde guardo lo vivido.
Este paraíso recogido en mi mente
como recuerdo de mi infancia,
y la fiel y frágil constancia
de que la memoria no duerme;
solo se encarna en recuerdos
oculta en la imagen de su historia.
Desde la montaña grande de Güímar
mirando al Este, cerca del mar bravío,
en el paisaje volcánico que le adorna
encuentro mi paraíso;
entre cardones y tabaibas
balos y enredaderas, escondido
en una atmósfera de amaneceres
con la memoria ceñida a mi nido.
Y es que la memoria no descansa
solo se recoge en su sitio,
y cada mañana se expresa diferente
como un duende en alborada;
y con imágenes pone en tus pupilas
su paraíso de nubes en el alba;
que aún recuerdo de niño
cuando iba por cardones y tabaibas.
La memoria es la piedra donde se guardan
todos los hechos de la historia,
donde se ocultan paraísos prisioneros
ajenos siempre a las palabras;
ahí guardo yo mis memorias
en esa piedra grabada.
Jecego.
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