Todo no se ha perdido


Todo no se ha perdido.

Buscando en las huellas del pasado,
lo he visto;
estaba dormido o en silencio
lo que buscaba;

me hice luz y olvidé aquella amargura
que me quitaba el sueño,
y volví a ser lo que era
antes de prolongarla, volví a ser niño.

Volví a ver la luz de mi infancia,
volví a ser niño, jugando con la almohada;
salí de la noche que me abrazaba,
una noche sin fin, larga, muy larga
llena de sueños y esperanzas;

me miré  en el espejo que llevaba conmigo
aquel espejo de mi memoria,
y comprendí que mi sueño ya había caducado,
que era viejo, lejos de las palabras de entonces,
añejas en un mundo nuevo, con lenguaje nuevo
inmersas, en uno nuevo, sin esperanzas.

Todo no se ha perdido, pensé
mirándome en el espejo de mi memoria;
todavía existo, balbuceé,
aún veo mi cara, aunque me extraña.


Jecego. Domingo 09 de septiembre del 18.

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