El hombre se descubre vacío.
El hombre sufre porque está
vacío;
ha perdido todo lo que
llevaba dentro,
solo le queda su estampa,
fuera de sí
que debemos llenar antes que
sea tarde.
Su vida sin medida, vive
solitaria,
camina sin dirección hacia su
destino;
él no lo conoce porque está
vacío
y su alma solitaria, no
siente nada.
Su tiempo es ausencia,
desesperanza,
viento, noche, desamor y nada;
el hombre sufre su soledad
amarga
sin amor y sin destino, solo
anda, anda…
Pobre hombre aquel que no
ama,
que se pierde en un atardecer
que tanto cambia;
que ha perdido su amanecer
una mañana
y se queda solo en su noche
negra, vacía sin alma;
mirando al cielo, le habla a
la luna
buscando consuelo, pero ella
siempre calla;
ya es tarde, llegó su
invierno, su corazón duerme;
la luna se tapa con su manto
de nubes,
y él ya oye los pasos del
silencio,
que le trae el frío de la
tarde.
Jecego. 24 de marzo del 18.
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