Malpaís de Güímar.
Los cardones sorprenden a la
lava,
la rompen, la separan y
yerguen
mirando al cielo, desafiante,
de la yerma tierra calcinada
como reyes de la muerte;
cerca, una tabaiba le imita y
crece,
haciéndose pareja inseparable
en aquel mundo calcinado;
se enseñaron sus flores, se
gustaron,
y firmaron compromiso para
siempre
en aquel mundo de lava
creado;
ellos son la vida en un
terreno muerto,
que silenciosos miran al
cielo cada mañana;
el sol cada día les visita y
da gracias
y alguna vez les deja agua para
sus hijos
que aún están dormidos bajo
la lava;
ellos la guardan bajo su piel,
y no olvidan,
que el sol y el agua vienen
del cielo;
se miran, acercan sus ramas
diferenciadas
para acariciarse durante la noche
placida;
creo que las plantas, también
aman en silencio
y dan gracias al cielo,
cuando les da agua.
Jecego. Sábado 13 de enero
del 18.
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