Soñar no cuesta nada.



Soñar no cuesta nada.

Allá, donde se acaba el monte
donde el asfalto hace su marca,
donde se acaba el silencio
y hace ruido la máquina;
existe un paraíso
donde anidan los sueños,
se hacen besos la palabras
y hablan los silencios;
se abrazan los árboles
se entrecruzan sus ramas,
se mezclan sus perfumes
y unifican sus sabias;
allí donde no hay abismos
las nubes ocultan las montañas,
todo es llano y verde
haciendo placida la mirada;
allí donde nacen los sueños,
donde habitan las miradas,
donde nada ocurre porque nada habita
haré que mi sueño tome vida y salga;
vagaré bajo la luz del sol
o a la sombra de los árboles;
quizá bajo la lluvia temprana
en un amanecer cualquiera,
bailando con el alba su canto
abrazados los dos en tu sala.


Jecego. 10 de diciembre del 17. 

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